Último día
¡Hola, hola! Hoy es el último día de septiembre y, ¿qué os puedo decir? Este mes ha sido una ruina (expresión que utiliza un amigo y que creo que debería expandirse más). En serio, una auténtica ruina. Si metemos en una batidora un gripazo que todavía no termina de irse, gente a la que le gusta buscar problemas y tocar la moral en los momentos menos oportunos y muchos trabajos y cumpleaños solapándose entre sí; lo ponemos todo a velocidad 3 y ¿qué tenemos? UNA RUINA, exacto.
Pero bueno, hoy es el último día de esta ruina y en concreto, la semana pasada (de las más ruinosas) ya terminó. Me centraré en lo bueno, que lo suelo hacer, y os comentaré -por si no lo sabíais ya- que mi mejor amiga del mundo mundial es un amor. Por fin la pude ver y achuchar después de su súper aventura en Corea, además de darle su merecido regalito de cumpleaños (que también podéis ver por aquí, he sido buena chica y he actualizado el portafolio). Y pudimos hablar y hablar hasta que hizo desaparecer la amarga sensación de "estoy teniendo unos días para olvidar".
Me gustaría aprovechar la ocasión para hablar de la amistad. ¿Qué es la amistad? (una ruina desde luego que no). Amistad es acordarme de que mi mejor amiga vio mi caja de guardar recuerdos y cosas bonitas (algún día os la presento) y dijo que le gustaba -esto hace mil días atrás-, además de acordarme de que no tenía una caja decente en la que guardar pinturas, pintauñas y esas cosas -de esto hace todavía más meses-. Acordándome de cosas que ni ella misma se acordaba le restauré una caja de madera a base de lija, pintura blanca y tela reciclada de mi proyecto final de grado. Triunfo para mí, Noelia 1 - Joana 0.