
Siempre me había parecido exagerado eso de "renovarse o morir". Muy extremista, ¿no? Hay alternativas a morirse. No hace falta pasar por taller y reinventarse a uno mismo para seguir latiendo. Yo era de las que temían los cambios y a día de hoy éstos me siguen pareciendo una cuesta elevada. Me gusta la rutina, la tradición. Que se sepan mi elección del menú sin tener que decirlo, saber a cambio el nombre de cada camarero en mi restaurante favorito... Me gusta el confort de lo conocido y sentirme protegida en aquello que controlo cual lunar en mi piel.
No me gustan los cambios.