Último día del 2018: llegan las prisas, las "últimas veces" (de ese año, al menos), las uvas agotadas en las fruterías y la ristra de reflexiones al hacer balance de los 365 días que has superado. Las experiencias que has ganado, las heridas que te han enseñado, los errores que no quieres repetir, las cosas que "ahora sí que sí" se harán realidad en algún momento de los próximos 365 días...

El año pasado fue tan desastroso para mí que ni ganas tuve de rememorarlo (en voz alta). Pasé página, me comí 12 lacasitos rojos (porque al final la suerte se trabaja, no se materializa en forma de fruta) y empecé 2018 con las expectativas bajas. Muy bajas.

Y así, para mi sorpresa, 2018 ha resultado ser uno de los mejores años de mi vida. Un año relevante, transcendental; un año lleno de vivencias que rememoraré con nostalgia el resto de los días que me queden. También ha habido drama, por supuesto, y dolor. Y aunque me quede con lo bonito, que ha sido más y ha hecho más ruido, hoy también quiero señalar los momentos más amargos que han marcado este (ya moribundo) año.

Así pues, antes de hablaros de mis propósitos de año nuevo, acompañadme a recordar mi 2018 a través de 18 momentos ordenados cronológicamente (más o menos):

¡Hola, hola! ¿Sois más de Papá Noel o de Reyes Magos? Me imagino que de los segundos, yo también lo era. Entre À y yo solíamos intercambiar regalos tanto en Navidad como en Reyes (se nota que ambos trabajamos y no tenemos hijos a los que malcriar, ¿verdad?), pero este año hemos decidido darnos todos los regalos el 25 de diciembre para poder disfrutar de ellos a lo largo y ancho de nuestras ansiadas vacaciones. Y ha sido un gran acierto.

Con mucha ilusión hoy os enseño mis regalos navideños. Más que portarme bien (que también) esta vez nos hemos ceñido a un presupuesto cerrado y ahorrado a costa de meses sin adquisiciones nuevas (no comprar videojuegos en sus lanzamientos, por ejemplo), por lo que esperábamos el aluvión de regalos de Navidad como agua de mayo.

¡Ho-ho-hola! ¡Feliz Navidad! Imagino que debéis estar asimilando la cena de anoche y calentando motores para todos los polvorones que aún os quedan por devorar así que no os entretendré demasiado. Hoy vengo a entregaros mi regalo navideño: ¡un calendario 2019 en tamaño A5 y completamente gratuito!

¡Hola, hola! ¡Qué ganas tenía de hacer esta entrada! Bien es sabido que soy una fan de póster (literal) de FRIENDS. Es algo así como "la serie de mi vida"; he crecido con sus historias, he reído y llorado con los mismos diálogos una y otra vez y he sabido apreciarla en su contexto de "momento y lugar". Sí, me he deconstruido, pero ello no implica que tenga que desmerecer a una de las mejores sitcoms de todos los tiempos como os expliqué en este hilo de Twitter (que se fue un poco de madre). Al fin y al cabo "hacer comedia es algo muy serio", algo muy difícil, añadiría yo. Pero FRIENDS está muy bien hecha, tanto como para ser la mejor sitcom atemporal de la televisión.

Sé que muchas y muchos sois fans de estas historias neoyorquinas que se dilataron a lo largo de diez años y, ya que la podéis ver en Netflix y se avecinan muchas tardes tontas post-comidas navideñas... ¡necesitáis tener a mano una lista de los mejores capítulos de FRIENDS! Bueno, no sé si son los mejores, pero sí mis favoritos. Mi absoluto top 10. ¿Queréis descubrirlo?

(¡Esta entrada contiene spoilers!)

Digo "retorno" pero, ¿realmente se había ido a alguna parte? No. Desde que probé la cosmética handmade y cruelty free de Lush allá por el agosto de 2017 se ha convertido en una marca imprescindible, un must de mi rutina. Pero los días pasan, los productos se acaban y mi bolsillo tiembla cuando toca reponerlos; así que tras unas semanas de incertidumbre (y productos baratos para salir del paso) por fin he podido volver a Lush. Y he vuelto por la puerta grande.

¡Hola, hola! Después de un noviembre frenético y una bronquitis asquerosa os puedo escribir desde la paz sosegada que sólo un trabajo bien hecho puede darte. Han sido semanas de enlazar mucho curro (tanto en oficina como en casa) y un "catarro" interminable que casi acaba conmigo, pero hoy puedo poneros al día y hablaros de cómo me siento en esta recta final de 2018; de qué he hecho, qué he comprado y qué sucede detrás de la pantalla.