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Noëlle, 29 años. Artista de manos pequeñas. Madre de plantas y de un perro llamado Ficus. Ilustradora, diseñadora gráfica, fotógrafa aesthetics y bloguera desde la cuna.

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Aina Joies

Hoy quiero manifestar mi amor por unas joyas y, para ello, primero os contextualizaré mi historial "joyil".

Me cuesta admitirlo... pero fui la típica adolescente llena de complementos. Tenía pulseras de colorines, de botones, de dados, de bolitas, de hilo, de plástico... Llevaba las muñecas con unos cuantos kilos extra. Luego además llevaba más de un collar a la vez... y un cascabel en el cuello. Y además fue la época de cuando me hice los dos piercings de la oreja izquierda, aunque de ésto estoy orgullosa y es algo con más significado del que pueda parecer a simple vista. Pero en fin, que iba hecha un cuadro, un árbol de Navidad con todas sus bolas y lucecitas. 

Con el tiempo me he vuelto una persona bastante minimalista en muchos aspectos de mi vida, por no decir en todos. Supongo que la profesión hace a la persona, necesito que todo tenga cierto diseño, coherencia y orden. Hogares acogedores de tonos suaves "estilo nórdico" frente a las paredes rojas y recargadas de objetos, ropa casual de básicos y estampados en muy pequeña dosis en contra de los outfits barrocos y, por supuesto, joyas suaves y simples respecto a las recargadas lámparas de araña que se ponen algunas.

Aún teniendo joyas que cumplen con mis exquisitos gustos actuales nunca estoy satisfecha. Siempre quiero alguna pieza más para variar, para no llevar siempre lo mismo, para complementar mejor un outfit o porque me enamoro perdidamente de dicha joya y no tenerla en mi posesión es algo inaudito. Y aquí es cuando matizo: siempre quiero alguna pieza más... de AINA Joies.

Hace un tiempo ya escribí sobre el primer anillo que compré de AINA Joies en el Fantàstic BCN y lo mucho que me gustaban sus creaciones. Podéis leer dicho post prehistórico aquí. Desde entonces la sigo en Instagram y siempre me quedo embobada con sus publicaciones. Sus joyas son artesanales, hechas a mano (incluso hace encargos personalizados como alianzas de boda originales y preciosas). Todas sus piezas me encantan. Todas. Sin excepción. Son finas, suaves, bonitas, originales y de muy buen gusto. Y en concreto tengo algunas de sus joyas grabadas a fuego en mi Wishlist.



Lo mío con su collar de flecha fue... un flechazo *ba dum tss* En serio, lo quiero. Me imagino con él puesto, me siento como si lo hubiese creado para mí. Lo ne-ce-si-to. Sueno muy dramática, lo sé. Lo paso muy mal con los flechazos.



También me encanta su anillo de flecha, sus piezas "étnicas"... Además me encanta que tenga tanta variedad de tallas para los anillos porque mis dedos son ridículamente finos y pequeños y muy pocas veces he encontrado anillos que se ajusten a mis dedos de niña.



Y por supuestísimo es de vital importancia que me compre, tarde o temprano, su anillo de ancla. ¿Quién mejor que la señorita Sardinero para llevar semejante preciosidad? Y además sé que Aina intenta acabar con todos mis ahorros porque ha hecho más joyas de ancla en diferentes formatos...



Ai. En resumen, a día de hoy sigo pensando que es la artesana de joyas que más me gusta del mundo mundial. Mis futuras alianzas de boda ya sabéis qué manos las harán (y con mucho amor, seguro). Ojalá hubiese conocido estas piezas en mi lamentable época de ir recargada (aunque hubiese ido igual de lamentable sin conocer el "menos es más"). Podéis conseguir estas preciosidades en su tienda de Etsy o en su tienda física de Barcelona. Toda la información aquí, en su Facebook, además de muchas más fotos que os pondrán los dientes casi tan largos como los míos.

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