¡Hola, hola! Primero de todo: lo siento. Sé que hablé de rediseñar este pequeño rincón pero esta semana, en pleno auge de la peor gripe que he tenido en años, me he dado cuenta de que no me acababa de convencer el cambio que estaba realizando y he decidido parar motores. Pero eso no significa que este diseño vaya a prevalecer hasta el fin de los tiempos, todo lo contrario: en cuanto pueda compraré un dominio para este pequeño blog y cambiaré incluso el nombre.
Pero por ahora me voy a centrar en lo que me gusta hacer: bloguear. Contaros mi insulsa vida; lo que me gusta, lo que odio y lo que hago o dejo de hacer. Voy a centrarme en crear contenido porque últimamente tengo mucho que decir y enseñar al mundo como para enquistarme en borradores por tener un poco de "cacao mental artístico y programador". Dicho esto, y volviendo a repetir que oh Dios, casi muero entre mocos literalmente, pasamos a la entrada de hoy:
¡Tazas! Mi incomprensiblemente extensa colección de tazas que va en aumento. Este fin de semana me he comprado una taza y me he dado cuenta de que... tengo un problema. Y bastante serio. Es decir, tengo tropecientas mil tazas, más de las que necesito, y aún así si me enamoro de una NECESITO comprarla. No platos, no cucharas... ¡Tazas!
Y esta irracionalidad que me invita a comprarme varios modelos de algo que ya tengo y no necesito se aplica también a los calcetines (próximamente) y a las libretas. Quizás debería avergonzarme, cerciorarme de la cantidad de dinero que he invertido en tazas (y no en montar un negocio o algo) y meditar pedir ayuda para tratar tal compulsión. Pero no, en vez de eso voy a presumir de mis bebés. Os presento a mi querida colección de tazas:
Y esta irracionalidad que me invita a comprarme varios modelos de algo que ya tengo y no necesito se aplica también a los calcetines (próximamente) y a las libretas. Quizás debería avergonzarme, cerciorarme de la cantidad de dinero que he invertido en tazas (y no en montar un negocio o algo) y meditar pedir ayuda para tratar tal compulsión. Pero no, en vez de eso voy a presumir de mis bebés. Os presento a mi querida colección de tazas:
¡Click en las imágenes para admirar el tamaño completo!
En efecto, puedo tomarme 18 cafés con leche sin necesidad de limpiar.
Para sentirme un poco menos culpable y consumista... estas son las tazas regaladas. No las he comprado yo así que la culpa de aumentar mi colección recae en muy buenos amigos que son muy conscientes de lo que más me gusta.
Incluida la taza decorada a mano de mi querida Núria (que utilizo como lapicero)
Tazas procedentes de Natura.
Tazas para el té que hacen que todavía tenga más sentido mi necesidad de pedir ayuda... puesto que no me gusta el té.
Tazas de Muy Mucho.
Tazas absolutamente frikis y geniales adquiridas en el Salón del Cómic.
Y para terminar, la que ha generado esta entrada: mi última taza (por ahora).
De Maisons du Monde. ¿¡Cómo no iba a comprarla!?
Si os ha gustado conocer esta "pequeña" colección no os perdáis la próxima entrada donde saldrá a la luz otra colección mucho más extensa y que me acompaña desde mi más tierna edad: La gran y enfermiza acumulación de calcetines bonitos. ¡No os la perdáis!
Au revoir!
NECESITO ESA TAZA DE PIKACHU EN MI VIDA *-* Y las tres primeras del Natura también me han enamorado, yo tengo una de allí que el asa es una colita de gato y es mi taza favoritísima (:
ResponderEliminarEspero que estés mejor de la gripe, ¡animo! :D
Mil gracias Elena por dejarte pasar por aquí con tanta afluencia, me encanta recibirte :P Por suerte sólo queda una pequeña resistencia de mocos puñeteros, pero todo controlao'. La taza de Pikachu la compré en un stand pero juraría que la he visto también por Norma Cómics (y sino en Amazon seguro que anda). Quizás es un poco menos "cómoda" por las orejas pero concuerdo: TOTALMENTE NECESARIA. ¡Un besote!
ResponderEliminar