¡Hola, hola! ¡Ya estamos en marzo! Me da la sensación de que en febrero he estado poquito por aquí (aunque he estado) y eso es porque, normalmente, mis febreros suelen ser grises y raros. Confusos. Pero por suerte, mi mes más "raro" también es el más corto del año así que ¡Hola, último mes de invierno!
No es que odie el invierno. De hecho soy más de invierno que de verano; frío y mantas antes que calor y sudor. Pero este año tengo especiales ganas de primavera, Sol, brisas marinas, salitre en el pelo y ropa colorida. Estoy en mood primaveral y si me seguís en mis RRSS #Twitter #Instagram os habréis dado cuenta.
La entrada de hoy la habéis elegido vosotros en #Twitter. Ayer publiqué una encuesta porque tenía dudas sobre qué publicar primero. Y, por la mínima, ha ganado la segunda parte del Birthday Haul (cumpleaños especialmente memorable el de este año, ¡TANTO! que ha merecido dos hauls por separado). Ha estado tan igualado que mañana mismo publicaré la siguiente entrada: Familia cactil. ¡No os lo perdáis! (Y así empezamos el mes con buen ritmo, GO!)
Lo dicho: si me seguís en las RRSS no sólo veréis mi mood primaveral (mis pizzas, croquetas...) y encuestas, también habréis seguido en riguroso directo los siguientes regalos de cumpleaños que llegaron tan sólo una semana después, con una noche de fajitas caseras increíbles, correspondencia inesperada y una gran sorpresa tardía.
Empezamos por la correspondencia: de mi querida familia Twittera recibí muchas felicitaciones preciosas y me hicieron sentir súper especial (en serio, ¡os adoro!). Pero además León (@carreterayverso) me envió dos inciensos de mi puesto favorito de Almería (¡amo el incienso!) y las bonitas de While y Sara (@wguail y @sarabatsky) me hicieron llegar un paquete enorme cargado de sorpresas (foto arriba). Son los mejores... ¡Fue tan especial! Y ésa no fue la única sorpresa... *redoble de tambor*
Después de que mi portátil HP de hace siete años (aquel que ha ido a clase conmigo cada día durante dos años y que desde hace tiempo ni tenía batería) fuera a pedales (por no decir patadas)... ya había desistido a utilizarlo. Porque no iba ni con las susodichas patadas. Tengo el Mac para trabajar pero para ocio me gusta separarme, poner distancia, salir del estudio y tumbarme en el sofá. El portátil lo quería/necesitaba para Steam y demás juegos. Y para escribir (porque me gusta escribir desde el sofá), ya sean historias o emails. Vaya, era una necesidad ociosa, rozando el "capricho", pero necesidad igualmente.
Pues bien, mi padre me regaló un portátil nuevo. Totalmente nuevo, Asus, dorado, precioso. Oh. Dios. Mío. No me lo esperaba para nada. Sé que ya estamos (por fin) saliendo de la dichosa crisis, de las deudas y demás... pero ¡no me lo esperaba! Me hacía tanta falta y me hace TAN FELIZ. Y por si fuera poco, mis amigos (que son el mejor regalo) además me regalaron todo esto:
H. e Y. (o "Yaictor", como a mi me gusta llamarles además de "Pandis") me regalaron un montón de cosas. A juego con mi famosísimo hule de piñas (risas enlatadas de sitcom) me regalaron una nueva caja para añadir más recuerdos. Si habéis leído mi entrada "La caja" lo entenderéis. Es un regalo súper bonito, de los de lagrimita, porque además de demostrar que me conocen me hacía mucha falta (les enseñe la caja en directo y casi no cerraba). La he llenado en seguida, pero en su momento estaba llena de Schoko-bons.
También me regalaron esta zapatilla gigante con un erizo y un cactus (gritos de fangirl) súuuper guay para meter los piececitos cuando estoy en el sofá.
Y finalmente (por parte de ellos) un pañuelo súper bonito que quería Y. para ella y ése es el mejor sinónimo de calidad. Tiene unos colores preciosos y me viene de perlas porque tengo muchas bufandas (de lana, gordas) y pocos pañuelos para entretiempo.
J. me regaló este Amiibo tan especial de Link pixelado, de mi juego favoritísimo (The Legend of Zelda). Pasado mañana iremos con él a por nuestras Nintendo Switch y probablemente desapareceré del ciberespacio... pero no os preocupéis: estaré en el sofá, jugando al nuevo Zelda: Breath of the Wild, sobreviviendo a base de nachos y sin ducharme ni un sólo día.
Y estos preciosos Amiibo son mi manera de cerrar la entrada de hoy: con el dinero de mi abuela me auto-regalé el Poochy & Yoshi's Woolly World para la 3DS. No sólo tengo un vicio irremediable sino que además me he muerto tanto de adorabilidad que he tenido que comprarme (bueno, À. me lo ha comprado porque me tiene mimadísima con las monerías) una parejita de Yoshis y un Poochy de lana. ¡LOS AMO!
Hasta aquí la entrada de hoy. Faltan los regalos de mi Sister aún (no nos hemos visto y sufro) pero cuando me los dé seguramente será un día genial y bloguearé sobre todo el conjunto. Ha sido un cumpleaños extremadamente épico gracias a TODOS y cada uno de ellos así que... GRACIAS una vez más. ¡Nos vemos mañana mismo con una nueva entrada!
Au revoir!
¡Ay! Me alegra tanto ver que te regalaramos tantastantas cositas, que todo el mundo se acordara de ti. Yo estoy teniendo un cumpleaños parecido, y de verdad que me muero de amor porque, aunque los regalos materiales endulzan mucho, mucho el hecho de cumplir años, es la ilusión de saber que esa persona ha tomado parte de su tiempo para comprarte algo, acertar, y dártelo envuelto. No sé, me siento muy identificada con esta entrada, y de verdad que me alegra mucho leerte así ♥
ResponderEliminarTe mereces todo y MUCHO MÁS, porque eres una persona preciosa.
Abrazos fuertes,
y cosquillas.