A las 22:45 se cumplirá una semana desde que volví a pisar mi querida Barcelona después de cuatro increíbles días por la capital, Madrid. ¿Qué puedo deciros? Fue todo tan perfecto, de principio a fin, que tengo una depresión post-vacacional directamente proporcional a lo feliz que he sido. Para empezar, la compañía fue inmejorable porque estaba al lado de mi persona favorita en el mundo. Recorrimos y descubrimos la ciudad cogidos de la mano hasta que nuestros pies pidieron clemencia. Comimos en sitios deliciosos, el clima fue excelente, vivimos diversas anécdotas curiosas y graciosas y, lo más importante; hice realidad tres sueños que superaron mis expectativas.
Intentaré explicarme lo mejor posible sin caer en la redundancia de "genial, perfecto, maravilloso y fantástico". De hecho procuraré equilibrarlo todo en diversas entradas (una para las imágenes del Zoo, otra para los recuerdos que nos hemos llevado de allí, otra de imágenes extra y la de hoy). Pues bien, en la de hoy os quiero bombardear con un poquito de "oh Dios qué bonito todo por qué tuvo que terminar" y un poco de explicaciones breves (o al menos, prometen ser breves).
Creo que ya lo he comentado anteriormente pero el viaje/escapadita ha sido un verdadero chollo. Todo empezó en mi cumpleaños y con un "Vale para ver el musical del Rey León" de mi novio. Como dije en mi WishList, ver un musical era uno de mis sueños ya que soy muy fan de éstos (bueno... de cualquier espectáculo artístico, pero los musicales me fascinan más que un concierto, ópera o teatro) y en concreto el del Rey León ya de por sí pintaba excelente porque, EN FIN, es EL REY LEÓN, una de las mejores (por no decir la mejor) películas Disney de todos los tiempos. Pues bien, por febrero (y después de mirar sin éxito una escapada a la nieve) surgió el plan madrileño y todo fueron decisiones rápidas e improvisadas. Los billetes de AVE fueron bastante baratos, y el maravilloso apartahotel en el que estuvimos de lujo (de Like Home Madrid) fue todavía más chollo teniendo en cuenta de que estaba a 5 ridículos minutos de la Puerta del Sol. Estuvimos en el mismísimo corazón del centro de Madrid y pudimos ir a cualquier sitio sólo dependiendo de nuestros (ahora biónicos) pies.
Tuvimos muchísimas anécdotas divertidas (de hecho recuerdo todo el viaje con una sonrisa en la cara). La primera fue al llegar, comiendo en el restaurante Prada a Tope. Estábamos bastante cansados después de coger el AVE a las 5:50 de la mañana y a la 1 de la tarde ya teníamos hambre y necesidad de descansar un rato. Es decir, comimos a una hora bastante "guiri" y sólo estábamos nosotros (y el vino rosado, embutidos, quesos y chuletas de cerdo, jejeje) y un grupo de coreanos al lado. Cuando terminaron de comer y se levantaron para marcharse nos regalaron unos (deliciosos) chicles de lima. Benditas y bonitas costumbres que tienen algunas culturas. Ese mismo día vimos a un perro perseguir a un pato por la fuente detrás del Templo de Debod (foto arriba). Ninguna anécdota mala, de hecho estábamos sentados en el McCafé de Puerta del Sol (en estos sitios que hacen hoy en día con la mesa dando a la ventana exterior) y comenté "¡es que todo ha sido perfecto!" y en ese preciso momento pasó por delante la Rana Gustavo (un señor disfrazado de estos que abundan en Sol) y ¡nos saludó! "¡Ahora es todavía más perfecto!"
Foto tomada momentos antes del saludo de Gustavo
Que más... ¡Ah sí! Los bocatas de calamares, estupendos, por supuesto. Fuimos al Museo del Prado y al Reina Sofía y en ambos entramos GRATIS (Estudiantes menores de 25 años, graaaacias). Es decir, después de hacer un increíble proyecto de recrear con figuras 3D el Guernica (hice el caballo junto con dos compis) y de elegirla como obra en segundo de Bachillerato para una investigación a fondo; después de amar y reamar cada centímetro de esta obra pude verla, por fin, en persona. Realmente entramos un momento rápido al Reina Sofía y sin mucho tiempo sólo para poderla contemplar. Cuando la vi noté un vuelco en el corazón y sentí que era la primera vez que veía esa imagen en toda mi vida. Maravilloso. Más tarde ese día vería también el musical del Rey León cumpliendo otro sueño más. ¡AI! ¡Quiero dedicar una entrada entera al musical! ¿Os digo algo de forma muy escueta? Lloré desde la primera canción. Es lo mejor que he visto en mi vida y todavía me sentí más emocionada al verlo al lado de mi gran amor. Un día increíble.
Y como ya he dicho, ya subiré una entrada con las más mejores bonitas fotos, y una entrada exclusiva sólo de fotos de animalitos. El jueves pasamos el día entero en el Zoo Aquarium de Madrid (ai, Zoo de Barcelona... ¡cuánto le tienes que envidiar!) y vimos pandas, ¡PANDAS!, además de un espectáculo de delfines; osos, tigres, leones, elefantes, cebras, jirafas, pingüinos, tiburones, medusas australianas (wow) y un largo etcétera. El Zoo es precioso, con muy pocas jaulas, todo al aire libre con fosas y vallas bajas. Un oso enorme se empezó a acercar a la fosa que hay entre la porción de tierra de los osos y la valla con la gente y por un momento pensé "si salta... me arranca la cabeza". ¡Ya veréis las fotos! (Pequeño inciso: las imágenes, así como el resto de contenido de este blog, están protegidas por Creative Commons como podéis ver en Archivo. Es decir, ¡nada de apropiación indebida que se os cae el pelete!)
Para ir terminando la entrada de hoy (que se está haciendo demasiado larga, lo sé, soy consciente de ello) os resumo que el último día estuvo lleno de emociones y risas. No ha pasado ni un año pero he podido volver a abrazar y achuchar (menos tiempo del que desearía, pero bueeeno) a mis queridas nenas madrileñas Blanca y Patri. Amo que, después de tanto tanto tiempo sigamos en contacto y nos podamos abrazar de vez en cuando y siempre intentemos vernos por todos los medios. Patri incluso vino con un segurata profesional de Fuenla *risas* y pude presentarlas a mi futuro marido (parece ser que ha pasado el visto bueno para dos de mis amigas más antiguas, ¡bien!)
¡Os quiero tanto, pero taaaaanto! Concluyo, ya sí que sí: Gracias Àlex, mi vida, por hacerme feliz todos y cada uno de mis días y, no contento con ello, me hagas extremadamente feliz con una escapada inolvidable, el segundo de todos los viajes que haremos a lo largo de nuestras vidas. Te amo con toda mi alma. Y no me olvido: mejor amiguete, faltabas tú, pero nos veremos pronto.
Y si hacéis click por aquí: más fotos, Zoo, musical... ¡y mucha, mucha felicidad! La vida es maravillosa :)
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