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Noëlle, 29 años. Artista de manos pequeñas. Madre de plantas y de un perro llamado Ficus. Ilustradora, diseñadora gráfica, fotógrafa aesthetics y bloguera desde la cuna.

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13 cositas que "sufres" si eres zurdo

Hoy es 13 de agosto y, por alguna razón que no voy a Googlear, es el día internacional de los zurdos. No sé hasta qué punto sabrás de mí, querido lector que se ha dejado caer por aquí, pero si algo debes saber es que soy más zurda que Ned Flanders. Más zurda que Obama, Napoleón o Einstein. Zurda de nacimiento, de toa' la vida. Zurda de mano, pie y ojo.



Yo, utilizando la zurda desde 1993

Como zurda pertenezco a esta "maravillosa minoría" que hoy en día algunos cretinos aún juzgan y condenan como antaño. Soy la sierva de Satán por escribir con la izquierda, ¡huid! También dicen que viviré menos años y que me predomina el lado derecho del cerebro que se encarga de las aptitudes más artísticas. Bueno, en algo debían de acertar.

La cuestión es que hoy es mi día y el de muchos. Bueno, un 13% de la población mundial, más o menos. No sé por qué tenemos un día y todavía me resisto a Googlearlo, pero supongo que será para compensar la "maldición" que supone ser zurdo. Porque sí, ser una minoría e ir al revés de todo el mundo es un poco maldición. Y aquí van 13 cositas que te suelen pasar si estás "maldito".

1. Te manchas al escribir. Un clásico infalible como zurdo: tener la mano azul. Desde que en tercero de primaria empecé a usar bolígrafos descubrí que los odiaba. Acababa las clases con todo el canto de la mano tintada de azul, mis deberes tenían manchurrones por mucho que intentara evitarlo... Los bolis de tinta súper chulos eran un tabú para mí. Es un asco, literalmente.

2. Siguiendo con la escritura: las anillas te molestan. O coges el cuaderno del revés (o tienes un sofisticado cuaderno para zurdos) o tendrás que sortear con acrobacias en la muñeca las anillas de las libretas... siempre a la izquierda. Acabas escribiendo haciendo parapente con la mano: evita las anillas, evita tocar las letras para no hacer que se corra la tinta... ¡no te manches! Es todo un espectáculo. 

3. Más tortura escolar: las sillas con mesa. Sí, esas sillas con un brazo extra en forma de tabla/mesa. Sí, esas tablas que siempre, siempre, siempre están a la derecha. Para que un diestro acomode el brazo y escriba fácilmente. Y los zurdos vuelven a hacer peripecias para intentar escribir al otro lado, asesinando cualquier atisbo de comodidad.

4. Llamar la atención por ir al revés. Sobre todo en funciones escolares, villancicos y demás. Pasos simples, empezamos con el pie derecho, pasito a la derecha. ¿Y qué hacía yo por instinto? A la izquierda. Concentración extra para no equivocarte y chocarte con el diestro de al lado que difícilmente se equivocará.

5. Las tijeras se clavan como el mismísimo infierno. Porque si tu mano no tenía suficiente con las manchas azules, tu pulgar se suma a la fiesta dejándote unas marcas dolorosas, rojas y hundidas si utilizas unas incomodísimas tijeras para diestros. El día que empecé a usar tijeras para zurdos me di cuenta de todos los años de sufrimiento que me podría haber ahorrado.

6. Te intentan cambiar. Conozco algunos zurdos que han sido "domados" desde pequeños para convertirse en diestros. Creando ambidiestros. Vale que es un auténtico rollo (y peligro) tenerlo todo al revés pero... No me puedo ni imaginar cómo debe ser que te obliguen a cambiar de mano desde pequeño. Por suerte mis padres no me cambiaron, no me adiestraron para ser algo que no soy. Adiestrar... ¿tendrá algo que ver con diestro? Vaya...

7. No puedes hacer un pulso con un diestro. Uno de los dos tiene que ceder y cambiar a su "brazo malo". En mi caso da igual el brazo que utilicen, como si utilizan las pestañas... no he ganado un pulso en mi vida.

8. Dar la mano en una entrevista de trabajo. ¿Y si te sale inconscientemente dar la izquierda y él te da la derecha? ¿Y si ya empiezas con mal pie?

9. Y hablando de malos pieses... Siempre te levantas con el pie izquierdo. Y eso no es malo, porque es tu pie. Pero la misma expresión te lo recuerda: todo lo izquierdo es Satán.

10. Tu mano derecha es como un muñón inútil. Esto lo he hablado con algunos amigos zurdos (no es que tengamos una secta ni nada, sólo son zurdos que he conocido) y coinciden conmigo en que si eres zurdo, zurdo de pura cepa; implica que tu mano derecha es súper estúpida. No sé hacer casi nada con la mano derecha, a veces incluso me cuesta sostener o coger alguna cosa con la mano derecha.

11. Y como inútil... se crea el fenómeno llamado "mano tonta". Muchas veces dejo la mano derecha recostada como si estuviese muerta, como si no la pudiese utilizar. Y no me había dado cuenta de ello hasta que hace unos meses un amigo lo señaló, se río y gritó "¡tú también tienes mano tonta!" (porque su novia padece el mismo zurdismo que yo). 

12. Las señoras pasan por tu lado y se santiguan. Esto me pasó por la calle y a día de hoy sigo sin saber si lo hizo por ser más blanca que la cal, por mi pelo o porque sostenía algo con la mano izquierda. Por mi ropa lo dudo, iba súper divina aquel día (y sin ser pecaminosa... ni humilde).

13. Y, por supuesto, todo está al revés. El cambio de marchas en los coches, muchos pomos de puertas, instrumentos, utensilios básicos (abrelatas imposibles, cuchillos afilados sólo por un lado -el diestro, claro-)... La vida es diestra y naces zurdo. Como un salmón, a contracorriente. 

Pero bueno, al menos tenemos el día de hoy... ¿no? Y por supuesto tenemos el orgullo de ser una bonita minoría. Especialitos. Detallitos poco comunes. Así que no odiéis a los zurdos, que bastante tenemos con lo nuestro. Y zurdos, no odiéis el hecho de ser zurdos. Yo a pesar de esas 13 cositas y mil millones de cositas más amo ser zurda. Amad vuestra bonita maldición, no os cortéis la mano ni os paséis al lado oscuro diestro.



Jennifer Lawrence, otra zurda de nuestra secta.

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