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Noëlle, 29 años. Artista de manos pequeñas. Madre de plantas y de un perro llamado Ficus. Ilustradora, diseñadora gráfica, fotógrafa aesthetics y bloguera desde la cuna.

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Florencia



¡Hola, hola! ¡Seguimos con la experiencia mediterránea! Después de la mejor noche en el crucero, la noche en la que la cena de temática italiana me sirvió el mejor plato de pasta de mi vida, llegamos a Livorno. Me emperifollé un poco más de la cuenta, desafiando al calor que me dejaría hecha un cromo a los pocos minutos de salir al exterior, porque tenía una cita con Florencia. ¡Florencia!



Atravesamos la verde y densa Toscana para llegar a Firenze, dejando atrás Pisa (otra vez será, torre inclinada). Nuestro guía, Andrea, fue especialmente amable incluso cuando fuimos a quejarnos con aspavientos. Os pongo en situación: la excursión de Roma eran 8 horas, pero contando el trayecto de casi dos horas para ir y dos horas para volver pues se quedó en un bluf. Florencia eran 4 horas, ¡pero sin contar el trayecto! Así que la abuela de À comió sola en el crucero y nosotros tuvimos que improvisar una comida/gasto que nos cayó encima como un jarrón de agua fría.

Aún así, y pese a que la excursión era "a tu aire", Andrea nos contagió su admiración por Florencia y nos facilitó (además de una llamada al barco para la abuela de À, que tenía el móvil apagado) un mapa con una ruta de lugares MUST para aprovechar al máximo esas 4 horas con un calor todavía peor que el de Roma y más aglomeraciones de gente (si es que eso era posible).



Ni teníamos entradas, ni humor, ni paciencia para ver al famoso David de Miguel Ángel, así que con la réplica de la Plaza de la Señoría me quedé bastante satisfecha. Igualmente satisfecha me quedé con el croissant que devoré nada más llegar a la ciudad. ¡Mucho más barato de lo que aparenta! ¡Y especialmente delicioso! De los mejores que he probado últimamente, de verdad.



Si hay algo que te quita el aliento en Florencia es su duomo ("iglesia principal"): la Catedral de Santa María del Fiore (tenéis que leer esto con acento italiano, por favor). ¡Qué pasada! Mira que llega a ser humilde y austera la Iglesia Católica, eh *risas enlatadas*. En serio, la experiencia de callejear por Florencia (más estrecha y con más encanto que Roma) y encontrarte con semejante monstruo arquitectónico es una pasada. Lo rodeamos varias veces, no podía dejar de verlo. Hacer cola para entrar pues ya si eso en otra vida, en una en la que no esté el asfalto al punto de ebullición.



Florencia destaca como destino turístico por su generosa colección de obras de arte. Pude ver el Rapto de las Sabinas de Giambologna o el Perseo de Cellini con la cabeza de Medusa, todo ello huyendo de palos de selfie afilados y de personas antipáticas en busca del postureo con la obra (que no os engañen los planos contrapicados esquivando cabezas, aquello era la jungla). Pero también pudimos disfrutar de artistas callejeros que me llenaron de inspiración y ganas por reencontrarme con mi lado más artístico (totalmente adormecido hasta el mes pasado).



Las calles de Florencia tienen un no-sé-qué, qué-sé-yo que las hace (a mi gusto) superiores a las de Roma. En cierto modo, el toque antiguo y "de pueblo" al más puro estilo Freiburg me resulta más acogedor y agradable que la amplitud de una gran ciudad. Por otro lado, insisto, la cantidad de turistas era igual o mayor que en Roma y los espacios más reducidos por lo que socorro.



Ay, el Ponte Vecchio. Qué maravilla. Necesito volver a Florencia para poder vivir e inmortalizar un atardecer sobre el río Arno cual espejo. Además el puente estaba lleno de tiendecitas de joyas. ¡Joyas! ¡Poniéndome los dientes muy largos! Aunque por otro lado, y ahora que lo miro desde la perspectiva, la imagen no tiene nada que envidiar a la bonita de Girona y su río Onyar. Ella barriendo pa' casa.



¡Llegó la hora de la comida! Andrea nos había señalado en el mapa un restaurante que recomendaba. Hijo de mil piccolinis, era caro hasta decir basta. Callejeamos un rato e improvisamos con una cafetería/restaurante de diseño vintage que tenía bastante buena pinta, el Ditta Artigianale. ¡Nos encantó! Bebimos vino típico de la Toscana y comimos unos panini súper deliciosos. Pero lo mejor fue el café latte, el mejor café de mi vida. Ya rezaba con mimo en la carta del lugar cómo seleccionaban cada grano de café para crear las variedades que servían con orgullo. Delicioso.



Después de comer nos fuimos de shopping; no habíamos comprado ningún recuerdo en Roma así que Florencia era nuestra última italo-oportunidad. En el Mercato del Porcellino, nombre dado por su emblemático jabalí, encontramos un rico olor a cuero (pero poco más) y un ambiente bastante guay. Andrea nos había señalado en el mapa "la calle de las tiendas". Repito: va' fa Napoli, todo eran tiendas de Gucci y demás. ¡Que somos plebe! ¿Pero podemos hablar de lo horteras que son los pijos? Porque vi unas zapatillas con suelas imposibles y cadenas de oro junto a brillantes incrustados por valor de más de mil euros. Yo hay cosas que no me pondría ni gratis, no sé. Total, que al final, y cerquita del duomo, encontramos un puestecito de souvenirs muy majo donde me compré los recuerdos del viaje que podéis ver aquí. Creo que la elección no pudo ser más acertada.



Espero que os haya gustado este breve paseo por Florencia y que tengáis ganas de ir (en cualquier momento menos en verano). Arte, encanto y comida rica y deliciosa (y a buen precio si sabes buscar bien). ¡Qué nostalgia escribir estas letras! ¡Y qué felices fuimos!

Ya sólo nos queda visitar Mónaco en la próxima entrega para despedirnos de este verano tan maravilloso. ¿Habéis estado en Florencia? ¿Me recomendáis sitios para cuando vuelva a ir? ¡Contadme! Porque sin duda volveré.

Comentarios

  1. Ay, Florencia <3 Tengo muy buenos recuerdos de esta ciudad. De hecho, me pasó un poco como a ti, que aunque Roma es Roma, Florencia me acabó gustando bastante más (dejando a un lado de la ecuación las ruinas romanas, que para mí visitarlas fue cumplir un sueño).
    Esta ciudad no sólo me sorprendió, debido a lo poco sabía de ella, sino que encontré en ella tantos espacios tan diferentes, tantos matices distintos, que volvería sin dudarlo. Visité todos los lugares que has mencionado (aunque yo sí vi el David de Miguel Ángel y la verdad, aunque impresiona su tamaño tampoco es para tanto) y me hice veinte mil fotos con los diferentes elementos artísticos de la ciudad, pero eso sí, haciendo acrobacias para sacar a cuanta menos gente mejor porque, de verdad, ¡cuánta razón tienes al decir que está tan masificado! Llegué a perder de mi familia de vista unas cuantas veces y luego resultó que estábamos al lado, pero había tantísima gente que ni siquiera nos veíamos, y eso que mi padre no es precisamente bajito.
    También recuerdo con mucha claridad -y la boca haciéndose agua- el helado que me comí allí. OMG. Y eso que fue lo único que probé de la ciudad porque, como tú, soy de la plebe, así que íbamos con nuestro arsenal de bocadillos para la comida (¡y tan ricos que estaban!). Es una ciudad preciosa pero demasiado cara.
    Me encantaría volver allí, de verdad te lo digo. Es de las mejores cosas que vi en mi pseudotour por Italia y quedé maravillada. Y ahora, después de leer tu entrada, tengo más ganas de volver aún, ¡malvada!

    Me alegro de que lo pasarais tan bien y de lo felices que se os ve en las fotos. ¡Un abrazo gigante para los dos! <3

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    1. Ayyy me acuerdo de tu viaje por Italia. Aún no hablábamos tanto pero yo era tu fiel seguidora y no paraba de pensar "DIOS MÍO, LAS FOTAZAS". Sé que para ti Italia fue súper importante así que espero, de verdad, que pronto prontito puedas volver allí (deberíamos quedar en Florencia para comer helado, total, tenemos que viajar igualmente para vernos). Ojalá tener dinero para hacer realidad todos estos sueños, pero sé que todo llega. Y LLEGARÁ. ¡Muchas gracias por pasarte! ¡Un fuerte abrazo!

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  2. ay, bella Firenze 💛

    Estuve creo que en el 2014 allí y me enamoró. No he podido volver, pero sin duda algún día volveré a la Toscana y me la recorreré en tren o furgo. ¿Cómo puede ser tan bonito cada rincón de esa ciudad? Me pareció encantadora, pero coincido en que demasiada gente todo-el-rato en-todos-los-sitios.

    Allí desde un parque precioso, con música en directo nos tomamos unas cervezas observando el Duomo y mira... ¡No había plan mejor! Que nosotras fuimos rollo mochileras y aquello más caro no puede ser.

    Me gusta tanto cómo escribes y lo que transmites Noe, de verdad. Me ha dado mucha pena que la Abuela de À. tuviera que comer sola en el crucero por la confusión de los tiempos y horarios... Y me ha apetecido un montón darle un achuchón a la señora, así que mis cariños para ella 💛.

    Un abrazote bonita.

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    1. Ay, ¡qué bien suena el plan de cervecita con vistas al duomo! A mí también me supo súper mal por Paquita, pero por suerte comió muy bien y en seguida estuvimos con ella (y nos hicimos un gin tonic para merendar porque... se podía jajaja echo de menos la barra libre del crucero, DIOS). Espero que puedas volver prontito a la bella Florencia para repetir esa cervecita o cumplir con la ruta por la Toscana (hazme hueco, que voy). ¡Un abrazote!

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  3. ¡Santa María del Fiore! Cuando estudiaba historia del arte me tenía enamoradísima, es algo que debo ver en persona al menos una vez en la vida. Es de estas cosas que te dejan sin aliento y te hacen sentir muy pequeñita... Has hecho un trabajazo increíble para que no se vea la cantidad de gente que había, por las fotos podría parecer un día tranquilo laborable y vosotros dos dando un paseo.

    Me está encantado esta serie de post del viaje, ojalá no se acabasen nunca :)

    ¡¡Besos!!

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    1. ¡Muchas gracias Alba! De verdad que no me esperaba que esa catedral pudiese imponerme tanto. Es que es GIGANTE y súper bonita. La Sagrada Familia siempre me deja hipnotizada cuando la veo (y eso que estoy muy acostumbrada) pero está en un espacio mucho más abierto. Aquí te la encuentras encajonada y la sensación es todavía más... uah. Lástima que la siguiente entrada ya termine con esta aventura, jo. ¡Gracias por seguirla! ¡Un beso!

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  4. La verdad es que tiene una pinta preciosa Florencia, quién pudiera acercarse en un saltito.

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    1. ¡Totalmente! Es una ciudad súper recomendable, de verdad.

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  5. Leyendo esta entrada me han dado unas ganas de llorar terribles porque siempre quise ir a Florencia. Es uno de esos lugares que siento parte de mí aunque no haya tenido la suerte de pisar sus calles.
    Me han gustado mucho las fotos - de verdad - y ya sabes que me encanta la forma que tienes de relatarlo todo, ¡es tan de confianza!

    abrazos gordos♥

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    1. Jo, pues para el 2019 le pido que puedas ir SÍ o SÍ, a Florencia y a todos los sitios que te hagan ilusión. Te imagino allí totalmente, con el helado y las calles bonitas (y odiando a las aglomeraciones, porfa plis). ¡Gracias por pasarte bonita! ¡Un abrazote!

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  6. Ay, ay, AY. Que volver a Italia sin duda está en mis planes (como para no), pero encima leo estoy dan ganas de plantarse en Florencia ya mismito. Siempre me pasa con tu forma de escribir la entrada, que digo: esto que cuenta es genial, ¿qué hago aquí en vez de allí? Ojalá poder teletransportarse en un momento.

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    1. Jo, muchas gracias. Me gusta saber que transmito estas GANAS irrefrenables de ir a un lugar que me ha maravillado. Espero que puedas volver prontito a Italia, ¡y sobre todo a Florencia! ¡Un besito!

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  7. Ay Florencia... ¡volvería con los ojos cerrados!
    Estaba esperando con ansia esta parte del crucero para revivir el viaje del año pasado.... Aiiiis que recuerdos.

    Es cierto que hay algunos sitios que son un poco caros (normal que quieran aprovechar el turismo a tope con la de gente que hay "por tos laos" jajaja) pero si buscas un poquito puedes encontrar otros más normalitos de precio y riquísimos.

    Si vais a volver, además del Ponte Veccio, te recomiendo subir al Mirador Michelangelo, quemaréis las calorías de la comida para subir, pero ver el atardecer desde allí, no tiene precio.

    ¡Un abrazo enorme!

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    1. ¡Es que Florencia es un lugar maravilloso! Para cuando vuelva (porque sin duda volveré), me apunto tu recomendación. Probablemente mi segunda vez en Florencia será con más horas para disfrutar de ella así que me apuntaré a TODO. Incluida esa puesta de Sol en el Ponte Veccio que me debo a mí misma. ¡Gracias por pasarte! ¡Un abrazote!

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  8. He encontrado ahora mismo tu blog y tengo que decirte que es un espacio encantador, me ha entusiasmado todo, asi que para no perderme ninguna entrada me hago seguidora ahora mismo!!
    Te invito a dar una vuelta por mi rinconcito, espero que tambien te guste!!
    Un Saludo

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  9. Bueno, acabas descubrirme completamente Florencia.
    ¡Qué pasada! Tiene magia, de verdad, aunque ahora mismo no sé si la magia se la das tú con las fotos y el texto (imagino que será un 50/50% no vamos a quitarle mérito a Florencia solo porque tú nos la presentes de una forma tan magnífica jajajaja.
    De verdad, en mi caso me da pena que una ciudad tan preciosa haya quedado eclipsada por Roma en todos mis pensamientos, es como ¿Vamos a Italia? Sí, ¿A qué ciudad? ¡Pfff.... Roma, eso ni se pregunta!
    ¿Sabes? Y ahora Florencia (en realidad todas las ciudades de las que nos has hablado) está en el punto de mira.
    Salís guapísimos en el selfie, por cierto y me encanta leer reminiscencias del verano en un domingo gris y lluvioso como el de hoy.
    Ojalá poder chascar los dedos y hacer desaparecer a todo el mundo que molesta cuando vas de turisteo... (¿No seré yo Thanos?)

    La comida, as always, tiene un aspecto maravilloso que me hace babear incluso aunque acabe de comer (que ahora no es el caso, por cierto, JODER ME MUERO DE HAMBRE)

    Un besazo, guapísima <3

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    1. Jajaja hola Thanos, me encanta tenerte por aquí. A mí también me encanta leer, ver y recordar el verano cuando tengo los pies tan FRÍOS. Me gusta el invierno pero... uf. Estoy convencida de que Florencia te gustaría (lo pasarás mal por la gente, pequeña Thanos, pero eso en Roma es lo mismo). Muchas gracias por tus palabras y por tu cariño, como siempre. Ojalá algún día tú y yo por Florencia chasqueando los dedos (que por intentarlo, no quede). BESOTES.

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